La obra de Alex Katz me fascina. No lo he descubierto hace mucho por lo que aún tengo que seguir experimentando con sus obras, como hace el mismo. Porque aunque aparentemente su arte pueda calificarse de convencional, según nos adentramos en sus colecciones, vislumbramos su afán de exploración. En próximas entradas comentaré sobre algunos de los aspectos innovadores que Katz ha aportado a la pintura como son los cuts-outs (figuras recortadas y pintadas), pero por ahora solo quiero centrarme en una de las obras que más me atrae de Katz: "Ada with a Bathing Cap." de 1965.
Ada es el nombre de su segunda esposa, una investigadora sobre el cáncer, que durante la década de los 60 se convirtió también en su musa. En esta obra en particular, presentada en primer plano, Ada del Moro se haya rodeada de brochazos que definen el reflejo sobre el agua tras ella, dotándola de un áurea luminoso mientras el mar se disuelve en la distancia. El impacto está en la fortaleza del colorido de los rasgos y complementos de Ada frente a la delicadeza pero a la vez intensidad de los elementos naturales que la rodean, insinuando un acercamiento a los arquetipos femeninos de las estrellas de Hollywood - una Esther Williams quizás.
Pero además de Ada, está el mar. Transmitir la magia del mar es uno de los infinitos poderes que tiene la pintura, y en esta obra, Katz consigue que disfrutemos junto a Ada de dos de sus principales propiedades: la calidez y la frescura. En la obra de Katz, el mar está muy presente, aunque en la mayoría de los casos, en segundo plano, no deja de imponerse y eso es, junto a su precisión con los colores, lo que más me une a el.